domingo, marzo 26, 2006

Jesús y sus discipulos


Juan Molinar Horcasitas

01 de febrero de 2006

Jesús y sus discípulos


A HORA comprendo. Debo confesar (y la palabra confesar viene a cuento) que la entrevista que le hizo Joaquín López-Dóriga al señor Andrés Manuel López Obrador me sirvió para ratificar algunas percepciones que tengo sobre la personalidad del candidato presidencial del PRD-PT-Convergencia. También me sirvió para confirmar mi opinión sobre el equipo que lo rodea. Y me sirvió, finalmente, para documentar una preocupación que tengo respecto de lo que López Obrador tiene en mente para el futuro de México. Compartiré con usted estos tres puntos. Usted dirá si los comparte o no.

El primer punto tiene que ver con la percepción que López Obrador tiene de sí mismo. Ya me había causado resquemor el gusto reiterado en compararse con Benito Juárez. Subrayo el verbo: compararse. Porque al principio me pareció que simplemente profesaba admiración por el personaje, pero conforme reiteraba sus referencias, parecía cada vez más claro que su mensaje es que él cree ser Benito Juárez.

En este aspecto, no olvido el despropósito de anunciarnos a todos los mexicanos la noticia de que si fuese elegido presidente de la República se mudaría a vivir a Palacio Nacional. Ya nada más falta que nos diga que le cambiará el colchón a la cama de Juárez y que ahí dormirá. Por supuesto, su encarnación de Juárez la complementó con la vulgaridad que le caracteriza, al llamar "Maximilianos" a sus adversarios. Ya nada más nos falta que nos diga que si llega a la Presidencia llevará a sus adversarios a Querétaro, para mostrarles el cerro de las Campanas. No es guasa. Cuando un personaje se cree esos rollos en serio, y parece que López Obrador lo hace, más vale guarecerse.

Pero si su encarnación de Juárez es escandalosa, y la referencia a sus adversarios como "Maximilianos" suena ominosa, la última comparación es preocupante. Esta vez, Andrés Manuel volvió a compararse con Jesús. Sí, con Jesucristo. Y no es la primera vez.

Cuando Joaquín López-Dóriga le preguntó cuál era su religión, López Obrador contestó "soy católico, fundamentalmente cristiano porque me apasiona, me gusta la vida y la obra de Jesús, que fue perseguido en su tiempo, espiado por los poderosos de su época, lo crucificaron". La respuesta es sintomática. Tiene al menos dos vertientes que reflejan su personalidad.

La primera es que su respuesta fue una evasiva, a mi juicio innecesaria, pues decir que es "católico, fundamentalmente cristiano", es su manera de decir que es cristiano, no católico. Me parece que decir con claridad que no se es católico no debe ser motivo de preocupación en un candidato, aunque quizá piense que manifestar con claridad su creencia religiosa puede acarrearle pérdidas electorales de la mayoría católica. Si así fuese, sería un tema de preocupación nacional. Como sea, López Obrador prefirió disimular su fe con una evasiva. Es su derecho.

Otro ángulo de esta respuesta, mucho más preocupante, es el aspecto que AMLO rescata de la vida de Jesús: enfatiza el hecho de que fue perseguido por los poderosos, que lo crucificaron. De haber sido un poco mayor el lapsus, hubiera dicho que lo desaforaron. Para allá iba, no lo dudo. Sólo la cortesía de su entrevistador lo salvó de un descalabro mayor, pues Joaquín López Dóriga de inmediato lo acotó diciendo: "Sin ningún paralelismo, ¿no?". López Obrador reaccionó con un "no, no, para nada", pero la verdad es que si se le hubiera insistido, hubiera vuelto a compararse con Jesucristo. Subrayo: vuelto a compararse, porque aunque a veces somos de flaca memoria, quien quiera hacer una investigación al respecto encontrará que ya antes lo ha hecho. Con motivo del desafuero, en más de una ocasión, alentó que seguidores suyos lo compararan con Jesús, y él mismo lo hizo en varias ocasiones.

Este mesianismo, que lo llevó, por ejemplo, a denominar "éxodo" a la marcha política, no debe ser tomado a la ligera. López Obrador se dice tolerante pero disimula sus creencias; se dice partidario de Juárez pero utiliza motivos religiosos para movilizar a sus bases; se dice demócrata pero descalifica a cualquier autoridad que, a su leal saber y entender, "se equivoca", es decir, opina diferente a él. Mala cosa en una sociedad que consolida su carácter secular, tolerante y democrático.

Por otra parte, este político mesiánico ha logrado evadir sus propias responsabilidades históricas con el expediente de transferir sus propios atributos negativos a los demás. Ejemplo: el caso Salinas. Una y otra vez inventa que todo lo malo lo produce Carlos Salinas de Gortari, quien según él es "Malo de Malolandia". Pero se rodea de salinistas, como se lo recordó López-Dóriga, enumerando a Manuel Camacho, Socorro Díaz, Ricardo Monreal, Raúl Ojeda, Marcelo Ebrard y Leonel Cota Montaño. ¿Qué contestó el tabasqueño? Versión light del compló:

López-Dóriga: "Pero en este grupo, en estas cabezas que le mencionaba, no sólo fueron todos priístas sino salinistas".
Andrés Manuel López Obrador: "Mira, eso es lo que se plantea mucho Joaquín".
JLD: "Pero es cierto".
AMLO: "Sí, (pero) en el caso de Camacho se deslindó..."..
JLD: "Cuando (Salinas de Gortari) ya era ex presidente".
AMLO: "Sí, se deslindó y además él está colaborando como lo están haciendo otras gentes (sic) que me están ayudando".

Vámonos entendiendo. Según el candidato perredista, todo lo que se relacione con Salinas es malo, menos lo que trabaja para él. Todos los salinistas son condenables, excepto los "que se deslindan". ¿Qué es deslindarse? ¿Ante quién se deslindan? Deslindarse es abjurar del "Malo de Malolandia" y adorarlo a él, al nuevo mesías. No luce bien aspectado el futuro para quienes tengan la desgracia de no adorarlo, si es que llegase ganar.

Y este desparpajo moral, en que todo lo que se le opone es malo, porque viene del Partido Revolucionario Institucional y viene de Salinas, sin haber sido absuelto por el mesías tropical, se vuelve cinismo cuando dice los nombres de quienes se integrarían a su gobierno en posiciones de gabinete: ¡personajes allegados a gobiernos del PRI y al mismísimo Salinas! Así como lo lee usted: los tres nombres que mencionó fueron personajes relevantes del priísmo, ya sea en puestos de gabinete (un secretario de Salud en el último gobierno priísta), como funcionarios culturales (un director de Canal 22 en el gobierno priísta de Salinas, sí, de Carlos Salinas), o como consultores cercanos al gobierno.

Este mesías político puede haber compuesto las odas del Revolucionario Institucional, puede juntar a sus apóstoles priístas y purificarlos con el manto de su perdón, pero no puede borrar la historia, no puede negar lo que es cierto, como bien le dijo Joaquín López-Dóriga.

juanmolinarhorcasitas@hotmail.com
Diputado federal (PAN)

lunes, marzo 20, 2006

Jesús Silva-Herzog Márquez

Respeto

Cállese, señor Presidente. Con todo respeto. La frase contiene el presente y el futuro. La personalidad entera en una frase. Contiene este instante y lo que viene. López Obrador en una nuez. El gruñido revela el olfato del candidato puntero: su pleito ya no es con sus adversarios formales sino con su antecesor. Al elegir al presidente Fox como el blanco de sus invectivas, desaira a los candidatos de Acción Nacional y del PRI. A ellos no les dirige ni la mirada. No pierde el tiempo comentando sus propuestas o respondiendo a sus críticas. La combustión polémica no puede producirse en su enfrentamiento con los adversarios; se produce sólo al hacer fricción contra el Presidente. Tal parece que la contienda electoral se ha quedado sin la emoción de la incertidumbre. Andrés Manuel López Obrador pasea anticipando su triunfo. Con la soberbia del iluminado escoge su pleito hacia el pasado, para seguir despreciando a quienes tiene a un lado o, más bien, debajo.

Igualmente reveladores son la simulada cortesía del apelativo y la farsa del respeto. Es la intolerancia de quien pretende imponer silencio disfrazándola de buenas maneras. Púdrase, su excelencia, con todo respeto. Ilustrísimos, váyanse amablemente al infierno. El candidato perredista grita para callar a quien está en desacuerdo con él. Ésa es su idea del debate público. Si no me aplaudes, cállate la boca. Revelación clara de sus impulsos, fotografía de su talante, adelanto de sus reflejos más elementales. A obedecer o a callar. Ésa es la divisa de Andrés Manuel López Obrador. No se trata de un arrebato. Quien se ve a sí mismo como un indestructible, el iluminado farol de nuestra esperanza ha reaccionado siempre de la misma manera cuando ha confrontado la crítica: con el desdén de su silencio o con la intimidación de la mordaza.

Nada me parecería más intimidante que recibir de López Obrador las consideraciones de su "respeto". Curiosa manera de emplear la palabra. ¿A quién ha entregado ese regalo del respeto? A todos quienes han osado cuestionarlo. No han sido únicamente los emisarios del innombrable o los enviados de la ultraderecha. El ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, por ejemplo. Cuando se atrevió a mostrar los vacíos de su "proyecto alternativo de nación" recibió de parte del inspirado ese mensaje: "respeto al ingeniero". Acto seguido ignoró todas las críticas. En lugar de atender los cuestionamientos para reconsiderar su proyecto o para justificar sus ideas, simplemente dijo: yo lo respeto. Y con ello envolvió a Cárdenas en el desprecio más absoluto. Idéntica reacción con el subcomandante Marcos. Frente a las denuncias del guerrillero, López Obrador respondió con la acostumbrada fórmula de su desdén: respeto al movimiento zapatista -es decir, me importa un bledo lo que digan. En el lenguaje lopezobradorista la palabra respeto significa desprecio de los amigos o insulto a los adversarios. Cuidémonos de su respeto.

López Obrador respeta la libertad de expresión. Pero en su cerebro existe una prensa digna -es decir la que es servil a su causa- y prensa vendida -la que tiene la indecencia antipatriótica de cuestionarlo. ¿Qué sucedió cuando un periódico mostró una encuesta incómoda? El muy respetuoso se lanzó contra el diario de la ultraderecha que había "truqueado" los resultados para golpearlo. En su horizonte no hay hombre honesto que pueda dudar de él. Quienes desconfían del profeta son agentes del diablo. También conocemos que López Obrador respeta la independencia de los poderes. Pero, ¿qué pasa si una mayoría parlamentaria decide contradecir la iniciativa del político?, ¿cómo reacciona este hombre si un juez se atreve a dictar una resolución "injusta", según este devoto de su propia causa? Atropella al Congreso y desatiende la decisión de los jueces. Eso sí, muy respetuosamente. No se puede aceptar la división de poderes, dijo alguna vez, si eso va en contra de las propias convicciones. López Obrador respeta las organizaciones de la sociedad civil. Pero, ¿cómo actúa frente a un grupo de ciudadanos que se organiza con independencia de sus clientelas? ¿Qué pasa si esa organización no llega a ser cooptada por sus tentáculos neopriistas? Con todo respeto, se lanza a denunciar el movimiento como una conspiración de los vampiros de la burguesía y los verdaderos delincuentes. Sólo las multitudes que lo vitorean merecen su saludo. El candidato perredista asegura respetar la autonomía del Banco de México. Respeto al banco central, le dice a sus auditorios, si es que conviene. Pero el gobernador de esa institución recibe a cada oportunidad una andanada de agresiones que no tienen más propósito que debilitar la autonomía del Banco o de precipitar la dimisión de su titular. Respeto al Banco, pero me empeño en decapitarlo. Con idéntico respeto ha tratado don Andrés al resto de las instituciones autónomas. Intimidándolas, agrediéndolas sistemáticamente, acorralándolas. Situándolas siempre en el lado contrario de la justicia y la verdad que él, sólo él, encarna.

El obsesivo uso de la palabra respeto pretende tapar la intolerancia vertebral de este hombre. Lejos de ocultar su fanatismo, la palabra subraya aquello de que carece López Obrador: consideración por quien piensa distinto a él. Si hoy calla al Presidente, ¿a quién silenciará cuando ejerza el poder? Si hoy desprecia a quienes lo critican dentro de su partido, ¿a quién humillará cuando disponga de los instrumentos de la Presidencia? Un mafioso se justifica ante su blanco antes de descargar su pistola: "no es nada personal". López Obrador, el antiliberal más poderoso de las últimas décadas, hace lo mismo frente a los núcleos de autonomía: los hostiga respetuosamente.

sábado, marzo 18, 2006

Diez Mandamientos

Jaime Sánchez Susarrey

10 mandamientos

A Pablo Hiriart, solidariamente.

El título completo de este artículo es "Diez mandamientos, tres misterios y un corolario". Comencemos, pues, por los mandamientos que rigen la acción política de López Obrador.

1. Buscarás el poder por encima de todas las cosas. Ese es el fin supremo de la política. Sin poder no se puede hacer nada. El poder lo es todo. Lo demás son fantasías. La política no es brega de eternidades ni una fórmula de cultura y educación. La política se ordena por y para el poder. Sólo desde el poder se puede transformar la realidad. Sólo desde el poder se puede servir al pueblo.

2. No tendrás ni esperarás lealtad alguna. El hombre es el lobo del hombre. No hay que confiar en nada ni nadie que no sean las masas organizadas. La lealtad es un valor pequeñoburgués. En la lucha por el poder todo se vale. Sólo hay amigos y enemigos. Pero esa categoría es política, no humana. La política es fría. No admite sentimentalismos. Quien quiera jugar al amor y a la paz que se dedique a otra cosa. La política linda con la guerra y en ocasiones se transforma en ella.

3. Jamás tocarás el presupuesto en tu propio beneficio. El dinero corrompe y la búsqueda del dinero corrompe absolutamente. La fuerza de un político rico es superior a la de un político pobre que, como repetía Hank González, termina por transformarse en un pobre político. Pero frente a ellos, la honestidad y la perseverancia son virtudes teologales. Desde ahí se puede predicar con el ejemplo y atacar a todos aquellos que han flaqueado. El dinero, en ese sentido, es del diablo y hay que conjurarlo.

4. Las alianzas son indispensables. Sin ellas no hay fuerza ni capacidad de impulsar un proyecto. En ese mundo todo se vale. No importa el talante ni la perversidad del aliado potencial. Si sirve a la causa hay que sumarlo. Toda alianza tiene un costo y un beneficio. El costo supone cerrar los ojos y tolerar lo que en otras condiciones sería inadmisible. La clave no está, en consecuencia, en condenar y tratar de enmendar a los aliados (llámense Padierna o Bejarano), sino en ponerlos al servicio de una causa justa y noble.

5. El dinero ciertamente no es un fin, pero es un medio indispensable. Sin dinero nada puede hacerse. Sin embargo, y por lo mismo, no hay que involucrarse jamás en las actividades que generan esos recursos. Eso es parte de la división del trabajo. La labor del líder no es vigilar a quienes trabajan en los sótanos de la política; no, su labor consiste en utilizar esos servicios para financiar las actividades y las campañas. Ojos que no ven, corazón que no siente. Es mejor no saber nada en concreto, aunque todo se intuya y se tolere (Ponce).

6. La mentira y la simulación no son un defecto, son parte natural y fundamental de la práctica política. Jamás digas la verdad si eso te compromete o te debilita. Miente tanto como sea necesario y jamás reconozcas que mentiste. Vaya, niega incluso que en algún momento hayas pensado en mentir. O para decirlo de otra manera, la mentira y la simulación son pecados veniales que se perdonan con un padre nuestro y un avemaría.

7. Hay que respetar los principios y los objetivos, pero no hasta el punto de poner en cuestión al proyecto. Se debe encontrar un equilibrio entre los objetivos y las condiciones reales. La máxima de que el fin justifica los medios sigue teniendo vigencia. La política es una actividad de hombres concretos, no de ángeles. Por eso hay que adaptarla siempre. De ahí la frase de Benito Juárez: a los amigos justicia y gracia, a los enemigos justicia a secas.

8. La justicia y la ley no son la misma cosa. Hay un sinnúmero de leyes legales, valga la redundancia, que no son justas. No hay que confundir jamás estos ámbitos. Siempre que haya un choque entre lo que es justo y lo que es legal hay que optar por lo primero. Por eso se puede hablar de leyes humanas del pueblo. La resistencia frente a un orden legal injusto puede y debe ser múltiple. Lo fundamental está en que prevalezca la justicia. No importa que para ello se violente o se debilite el orden legal. La formalidad burguesa protege siempre a los más ricos y poderosos.

9. La economía debe estar siempre al servicio de la política. Lo otro es neoliberalismo puro. Los equilibrios macroeconómicos son deseables, pero no al grado de sacrificar a los trabajadores y a las familias. No importa, en ese sentido, cuál sea el costo que se tenga que pagar. Ese y no otro es el punto de partida de una economía humanista. Y eso es lo que la gente quiere. De nada sirve espantarla con el petate de la inflación y la devaluación.

10. Nunca se debe ceder. En la negociación hay que subir siempre la apuesta. El más osado es el que siempre gana. Hay que eliminar los titubeos. Y lo mismo se aplica a la división de poderes. Se trata de un formalismo burgués. El poder que encarna la voluntad del pueblo es el Ejecutivo. De ahí su preeminencia. Sin un protagonismo presidencial no hay acción ni posibilidad de justicia; amén de que el presidente de la República es electo directamente por la mayoría de la población. La división de poderes debe respetarse, pero no hasta la ignominia.

Pasemos, ahora, a los tres misterios que explican la popularidad y el carisma de López Obrador.

El primero de ellos es de orden mesiánico. AMLO está convencido de que tiene una misión y que está predestinado a ser presidente de la República para redimir a los más pobres y explotados. Esto no es pose ni retórica, es una convicción profunda.

El segundo se refiere a su formación: su militancia en el PRI lo forjó como un hombre frío y calculador que no se detiene ante nada ni ante nadie.

El tercero atañe a su capacidad intelectual: AMLO no es un hombre de ideas ni de conceptos. Su visión del mundo es maniquea y muy simplista. Los buenos de un lado y los malos del otro. De ahí que su mensaje sea muy simple, pero que al mismo tiempo resulte creíble.

Y ahora el corolario: nada le pega y todo se le resbala. Se trata de un verdadero efecto teflón. No importa lo que se diga o le que se le compruebe, la gente que le tiene fe lo sigue viendo como un hombre honrado y honesto. Lo notable, sin embargo, no es eso. Lo notable es que el efecto se está multiplicando y de ganar la Presidencia de la República se potenciará aún más.

En el extremo opuesto, y por razones obvias, quienes no le tienen fe sólo perciben al inquisidor que blandiendo un antorcha pretende purificar la vida pública quemando a los herejes. Y, ciertamente, no les falta razón. Porque cuando un iluminado tiene una misión en la tierra no descansa hasta cumplirla. Y AMLO está apenas iniciando su camino.

sábado, marzo 11, 2006

Pánico al Debate

Ahora resulta que no quiere debatir. O que nada mas haya un debate, en el que participen todos los candidatos. Algo rapidito, con muchas voces, para que cada uno apenas tenga tiempo de dar un mensaje de entrada y otro mas breve de despedida. López Obrador no quiere dos o tres debates, en los que se pueda ordenar temáticamente la discusión: política económica, empleo y seguridad. ¿No les da pena a quienes acompañan a López Obrador y vienen de la izquierda?
¿No fue eso lo que pidieron toda la vida? Debates temáticos, confrontación de ideas, argumentos contra argumentos. Pues no, todo indica que no les da pena. Lo que si les da es miedo. Miedo a la fragilidad de su candidato. Miedo a que desenmascaren a -.de cara a la nación. Es un candidato tremendamente frágil. Por eso no quiere debatir.
¿Qué va a decir en el tema de política económica? No tiene argumentos para justificar la enorme deuda en que dejo sumido al Distrito Federal como gobernante. López Obrador recibió el gobierno capitalino con una deuda de 28 mil 649 millones 800 mil pesos. Al cierre de 2004 la deuda era de 42 mil 310 millones de pesos. Así aumento la deuda con López Obrador. Y no fue para inversión, sino para soportar gasto corriente, sueldos y prestaciones, lo mismo que promete recortar cuando llegue a la Presidencia.
El Distrito Federal concentra alrededor del 10 por ciento de la población total del país, pero la deuda del gobierno capitalino representa el 33.35 por ciento de la deuda de todos los estados en su conjunto, que asciende a 122 mil millones 851 mil 400 pesos. Cada ciudadano de los estados tiene una deuda promedio de mil 240 pesos. Y cada ciudadano del Distrito Federal adeuda poco mas de cuatro mil 800 pesos, gracias a la deuda contraída por López Obrador.
¿Se entiende ahora por que no quiere debatir? Por más que lo aleccionen, no tiene salida ante su desastroso manejo de la economía en la capital. No tiene manera de rebatir que el crecimiento económico del Distrito Federal durante su gobierno fue el mas bajo del país, junto con el de Nayarit. ¿Qué va a decir López Obrador en un debate sobre el desempleo? Porque una cosa es pagar tiempo en televisión para mentir sin que nadie lo cuestione, y otra muy distinta es discutir con seriedad y datos en la mano frente a quienes saben de sus debilidades.
El desempleo en el país es alto no por el neoliberalismo como lo denuncia López Obrador. Es alto, entre otras cosas, por el boom del desempleo en el Distrito Federal durante el gobierno de López Obrador. En el primer año de su gobierno, 2001, el DF tuvo una tasa de desempleo abierta de tres por ciento, contra 2.5 de la media nacional, En 2003 la tasa de desempleo en el país subió y alcanzo el 3.2 por ciento, pero en el DF aumento más todavía: se fue a 3.6 por ciento. Luego vino 2004. En el país la media nacional fue de 3.7 por ciento mientras la tasa de desempleo abierto en la capital del país llego a 4.7 por ciento. Estos datos ilustran que el desempleo en el país es alto, entre otras cosas, porque el desempleo en el Distrito Federal con el peso que tiene en el país, jala ese fenómeno hacia tasas muy negativas a nivel nacional.
Otro dato: en el primer bimestre del año pasado se crearon 103 mil 399 empleos formales en el país. ¿Y el DF, como anduvo? Pues en ese periodo en el Distrito Federal no se crearon empleos. Al contrario, se perdieron dos mil 236 empleos formales, según cifras de la Unidad de Plantación de la Secretaria de Hacienda. ¿Qué va a decir sobre empleo en un debate el candidato López Obrador? En el terreno de la seriedad esta perdido. Nada de debates temáticos. Un voto ilustrado, informado, seria fatal para las aspiraciones de López Obrador. Por eso no quiere debatir. Tiene pánico a que le descubran, delante de todo el país, el engaño de su gobierno, sostenido con publicidad pagada con dinero del erario. Seria una situación aun más embarazosa que enfrentar un video de Carlos Ahumada.
En sus anuncios en televisión presume sus logros en obra pública durante su gobierno. Y se lo toma en serio: dice que va a sustentar el repunte de la economía en el crecimiento de la inversión pública. Pero eso solo lo puede decir en anuncios. No se sostiene cara a cara y con datos en la mano. De acuerdo con las cuentas publicas del Distrito Federal, de 2000 a 2004 la inversión publica del Gobierno del DF cayo a 4.4 por ciento. En ese periodo la inversión pública en otros gobiernos estatales creció por encima del 100 por ciento. Con López Obrador se fue a una tasa negativa: -4.4 por ciento. Esto quiere decir, entre otras cosas, que López Obrador realizo menos obra publica que su antecesora Rosario Robles. La de López Obrador fue estratégica visualmente, pero es de las más pobres del país.
¿Qué va a contestar ante esas cifras el que dice que va a detonar el crecimiento económico del país basado en la inversión publica? Pamplinas. Rollo. En sus discursos puede prometer que va a hacer rendir el salario de los pobres. Pero tampoco lo podría sostener en un debate. El salario promedio de cotización del Seguro Social en el país, creció de 2000 a 2004, en 28.1 por ciento. Los salarios de los asegurados en la capital del país crecieron 25.7 por ciento en ese periodo. En la ciudad de la esperanza el salario creció menos que en el resto de entidades del país, gobernadas por insensibles neoliberales.
¿Qué va a decir el pobre de López Obrador ante esas cifras oficiales? Claro que no va a ir a debatir. Su demagogia y el análisis serio no combinan. Indigestan. Peor aun si se organiza un debate entre los candidatos sobre seguridad publica y corrupción. En el primer tema esta perdido: el DF es la entidad más violenta, insegura y con mayores índices de impunidad en todo el país, solo superada por Baja California. Si eso lo incomoda, el tema de la corrupción lo acaba. Es que López Obrador ha hecho del combate a la corrupción su bandera de campana.
¿Que va a decir cuando le pregunten en un debate, a donde van las cuotas que las organizaciones de su partido le cobran a los 100 mil ambulantes que controlan en el PRD? ¿A donde van los 600 pesos al mes que le cobran a cada taxi pirata, que en total suman 60 mil unidades? Son 36 millones de pesos al mes. ¿Dónde van? ¿Qué paso con los negocios de terrenos por puentes en Santa Fe? ¿Dónde van los tres mil pesos que cada mes pagan los vendedores de droga al menudeo para que los dejen operar? Como fue, si no por corrupción, que los puestos de venta de drogas al menudeo crecieron en su gobierno en 762 por ciento, según reportes oficiales de la PGR? ¿Qué es, si no corrupción, la alteración de boletas prediales en Polanco para que se puedan construir edificios de hasta doce pisos en terrenos menores a 500 metros cuadrados?
¿Como explica las detenciones arbitrarias, allanamiento, persecución, intimidación, hostigamiento, amenazas, violación a los derechos a libertad personal y violación a la seguridad jurídica de los miembros de la empresa Eumex por parte de su gobierno? Se explica fácil: no quisieron dar mordida. ¿Se imagina López Obrador si eso sale en su cara, en televisión, en un debate entre candidatos? Claro que se lo imagina. Por eso quiere un solo debate. Rapidito, y salir corriendo.

domingo, marzo 05, 2006

De Isabel Turrent

AMLO: alergia a las ideas


La estrategia de campaña de Andrés Manuel López Obrador en las últimas semanas, es muy clara. Él y sus asesores más cercanos han decidido proteger los 6 o 7 puntos de ventaja que mantiene el PRD en las encuestas que más lo favorecen, y refugiarse en el silencio. AMLO le da la vuelta a reuniones con empresarios y otros grupos de opinión, rehúye entrevistas y debates, se dedica a atacar a sus oponentes, intenta dar una cara conciliadora en las presentaciones públicas que no puede evitar, y ha reducido el tan cacareado proyecto "alternativo" de nación a una o dos propuestas menores y confusas.


Si esta política de campaña fuera una táctica coyuntural, no podrían ponérsele muchos "peros". El PRI está atrapado entre el carisma negativo de su candidato y los escándalos de corrupción de Montiel y del gobernador de Puebla. Si Madrazo tenía algún programa propositivo de gobierno, éste se perdió cuando las noticias del enriquecimiento ilícito de Montiel empezaron a ocupar las primeras planas de la prensa. Hasta el momento, el PRI ha sido incapaz de remontar el lastre que representan Montiel y Marín y tendrá que esperar muy poco para constatar cuántos votos le han quitado el ex góber multimillonario y el góber "precioso": las elecciones municipales en el Estado de México serán el mejor termómetro para medir el costo de sus errores. Por el momento, el PRI está haciendo campaña en favor de López Obrador.


Por razones difíciles de adivinar, Felipe Calderón está empeñado también en apoyar a AMLO. Olvidó que éste es un país de mayoría católica pero profundamente laico y se metió en el berenjenal de mezclar la religión con la política; ha desaprovechado la cara positiva de su falta de experiencia de gobierno -que nadie puede pasarle las cuentas que pueden presentársele a Madrazo y a López- y no se ha distanciado lo suficiente del presidente Fox. Peor aún no ha logrado convertir las propuestas aisladas que ha expresado en un programa coherente de gobierno, y transmitirlo al electorado.


El resultado de los errores del PAN y del PRI es que aun la prensa extranjera considera que no hay diferencias de fondo en la posición de los candidatos que van a la cabeza de las encuestas frente a los problemas que enfrenta México. (Como botón de muestra, véase el artículo de The Economist del 25 de febrero.) Una circunstancia que favorece a López y que podría explicar y hasta justificar la táctica de "retraimiento" temporal del PRD.


El problema es que hay indicadores claros para pensar que la política perredista no es coyuntural, sino una estrategia de largo plazo que puede tener consecuencias muy negativas para el país. Uno de los asesores más cercanos a López declaró hace unos días que "la elección no se va a decidir a partir de propuestas políticas", y el candidato perredista está empeñado en reducir los indispensables debates televisivos con sus oponentes, a una sesión que se ajuste a un guión estricto diseñado por él.


López Obrador tiene una alergia aguda al debate porque no es un demócrata: necesita enemigos, no adversarios políticos. Padece el defecto "estructural" de agredir, en lugar de polemizar en un clima de tolerancia y de intercambio de ideas. Y él y sus asesores buscan que la elección no se decida con base en propuestas, porque no tienen ninguna.


En las contadas ocasiones recientes en que López Obrador ha pasado de la descalificación de sus oponentes al terreno propositivo, se ha limitado a repetir de nuevo promesas menores como la reducción del precio de los energéticos o la construcción de más "segundos pisos" y a satanizar machaconamente lo que llama "reformas estructurales".


Es inútil abundar en las desventajas de los "segundos pisos": en México o en cualquier ciudad del mundo, en ausencia de una red eficaz de trenes subterráneos, esas obras tienen una vida útil muy corta, porque invitan a la multiplicación de los automóviles y, por lo tanto, del tráfico y la contaminación que pretenden evitar. Son medidas que alimentan, por lo demás, el consumo excesivo de gasolina. Y ni AMLO ni nadie podrá reducir los precios de los energéticos sin una reforma a fondo de ese sector, porque los altos costos unitarios del gas, el petróleo y la electricidad, son resultado de la ineficiencia de los monopolios estatales que los producen. Sin reformas, López Obrador podrá, a lo más, subsidiar precios menores para los energéticos, lo cual lo llevará de regreso al hoyo negro de su proyecto "alternativo": sin reformas, ¿de dónde saldrán los fondos para financiar sus contadas propuestas?


Las bajas tasas de crecimiento que ha tenido México y la pérdida creciente de competitividad internacional, imponen la necesidad de modificar -para evitar la palabra estructural que irrita tanto a AMLO- los marcos operativos e institucionales de la economía, para estimular la inversión, la productividad y el empleo. La opinión pública tiene el derecho a escuchar a los candidatos exponer y defender sus promesas de campaña en uno o varios debates, y el PRI y el PAN, la obligación de presentar al electorado un programa que establezca su posición en relación con estas reformas, y otros asuntos tan delicados como el narcotráfico o la inseguridad, y de evitar que la elección se decida en medio de un vacío de propuestas.


Correo electrónico: iturrent@yahoo.com

jueves, marzo 02, 2006

10 PREGUNTAS A ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR

10 PREGUNTAS A ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR

Por Un Mexicano que desea el bien para su país.

Señor Candidato: yo, como muchísimos millones de mexicanos, no somos ignorantes y tenemos un poquito de inteligencia y un poquito de sentido común; por lo mismo sus promesas y propuestas de campaña, en el sentido de que usted es la panacea para el país, nos indica más un populismo demagógico que una franca idea práctica para sacar a México del bache en el que está desde hace décadas. Al respecto, aprovechando que viene usted por acá., y esperando que lea este Diario, pues es lo mínimo que se obliga a un político en campaña, a los sitios donde va, le planteo algunas preguntas que me surgen de dudas que, ojala no me las conteste a mí, sino a usted mismo y sobre todo a sus electores, pero eso sí, sin ofender su inteligencia:

1.- Explíquenos por que se deslinda, de manera cobarde e irresponsable, de las corruptelas y bandidaje de sus muy cercanos ex colaboradores, René Bejarano y Gustavo Ponce Meléndez, pues recuerde que como cabeza del gobierno del DF., usted era el responsable del comportamiento de sus subalternos, puesto que usted los escogió; y aquí solo hay dos respuestas posibles, o bien es cómplice por omisión, dejar hacer, o bien en verdad ignoraba el accionar de sus ex empleados, lo que lo coloca como un tipo tonto, abúlico, que si no sabe lo que hacían sus operadores político y financiero, Dios nos libre que se atreva a gobernar un país; pero a mayor abundamiento señor López Obrador, haya sido lo que haya sido, es de hombres aceptar la responsabilidad de las acciones de su equipo, tal como lo hace cualquier político valiente, ¿o no es su caso?


2.- Por que razón usted, por un lado, dice que Salinas de Gortari y su gente son corruptos, hundieron al país, y por otro lado en su equipo de campaña tiene, en cargos de primer nivel, a políticos ex priístas que ocuparon cargos muy importantes en el salinato, que usted tanto ataca; tales como Manuel Camacho Solís, el amigo más íntimo de Salinas, Marcelo Ebrard, secretario de gobierno del DF en tiempos de Salinas, Socorro Díaz, Directora del ISSSTE en el salinato, Ricardo Monreal, ex senador priísta, gente de Salinas en esa época, etc. ¿A eso no se le llama incongruencia?

3.- Si la mayor problemática del país, según todos los demás precandidatos, la gran mayoría de los mexicanos que la han sufrido, el actual gobierno y los organismos internacionales, es la Inseguridad Pública, ¿por que Usted se empeña, neciamente, en decir que son la Pobreza y la Corrupción?, ¿Qué acaso usted, por demagogia se niega a aplicar mano firme en el combate a la delincuencia, para que no lo tachen de represor y bajen sus bonos como candidato? ¿O es que no habla de Seguridad Pública por su rotundo fracaso, en éste renglón, en su gestión al frente del gobierno del DF.?

4.- Por que promete lo que no pudo hacer como Jefe de Gobierno, porque en el Distrito Federal, hay escasez de agua por una tubería muy vieja que su gobierno nunca cambió, el drenaje profundo no sirve porque no se le invirtió un peso, el Metro es ya obsoleto porque lo abandonó, continúan altísimos los índices de inseguridad, de desempleo y es la entidad federativa más endeudada del país. ¿Usted piensa que dándoles una limosna a los viejitos y construyendo segundos pisos de las calles, ya solucionó el problema del DF.? ¿Así lo hará con el país?

5.- Usted, dice que va a acabar con la corrupción; ¿de veras cree poder lograrlo, con gente en su equipo, porque no las va a sacar, como Dolores Padierna, Martí Batres, René Arce y demás?

6.- Usted siempre ha despreciado la ley y la legalidad, desde que en Tabasco tomaba pozos petroleros y cerraba carreteras, sin importarle el daño causado a terceros, que no estaban involucrados en sus broncas; y luego como Jefe de Gobierno, sus choques con la Suprema Corte de Justicia, el caso El Encino y el caso de desafuero, en el que si era usted culpable; ¿Cómo presidente también despreciará igual la Ley y hará lo que usted quiera, lo que le salga del forro de sus pantalones?

7.- Por que siempre rehúsa a contestar preguntas escabrosas, difíciles o cuestionamientos de fondo, saliéndose por la tangente con su odioso: "Amor y Paz"; ¿que así piensa gobernar?, ¿Cuándo le hagan severos cuestionamientos que ameriten una respuesta valiente e inteligente, Ud. dirá "Amor y Paz" solo para salvar la imagen?

8.- Por que ese empeño en seguirle dando cuerda y demostrarle miedo a un tipo, un delincuente que no representa nada como lo es el Subcomandante Marcos, a pesar de que lo ha insultado públicamente; ¿debemos esperar que eso hará con otros rufianes durante su gestión, solo por cuestiones de imagen?

9.-Por que traicionó al Ing. Cuauhtémoc Cárdenas, el hombre más respetable del PRD, y a quien todo le debe en política, por que confrontarse con él, de manera soterrada y no enfrentarlo abiertamente; ¿acaso le teme?

10.- Por que jamás habla de apoyar y reivindicar a la Clase Media, por que siempre habla de ayudar a los pobres y a la Clase Media no, ¿eso es lo que debemos esperar de su gobierno los 40 millones de mexicanos de la Clase Media?

Ojala conteste estas preguntas, con honestidad, porque mientras no lo haga, para mí y muchos mexicanos de la Clase Media, seguirá siendo, con todo respeto, solo un patético demagogo.

La opinión de Adela Micha sobre AMLO

Franco, Mussolinni, Hítler, Stalin, Fidel Castro, Hugo Chávez y todos los mandatarios absolutistas, fascistas y dictatoriales han utilizado la misma técnica: el populismo y la amenaza, que hoy son las armas favoritas de AMLO, el RAYITO DE ESPERANZA, (Adición: Santa Anna era el Rayo de Zempoala) que para haberse dado por muerto está muy y es bien vivo...

Su gobierno está plagado de contradicciones: Habla de austeridad republicana y le paga al chofer sueldo de subsecretario; el viaja en un Tsuru, mientras su nene lo hace en una Grand Cherokee; usa trajes carísimos y se rodea de guardaespaldas femeninas, para que no se noten; emplea a todos sus parientes; se rodea de pillos para gobernar, a quienes cuando los sorprenden, les permite la fuga...

El DF es el único lugar de la república donde la ley de transparencia administrativa no tiene cabida... No sabemos quiénes hacen y a qué costo se hacen, las obras públicas... Sus ciclopistas se hacen y rehacen cada día sin que sirvan para nada... Sus obras viales complican y no aligeran el tráfico... Sus dádivas de útiles escolares quiebran al 80% de las papelerías pequeñas y sólo favorecen a una cadena de supermercados, donde incidentalmente, instalaron los módulos de las Tesorerías... ¿Le seguimos el juego?...

Ojala no, porque este héroe popular con sus cuentitos, ahora propone no pagar las deudas del Fobaproa...

Empiece a pensar que con eso la banca extranjera, dueña del 90% de las instituciones crediticias del país, nos dejaría en chones y el dólar se dispararía a 50 pesos... AMLO pretende romper nuestro TLC, bien, los Estados Unidos mañana cerrarían la llave y hasta allí llegaríamos...

Ignorante, mesiánico, esquizoide y con paranoia aguda nos llevaría en seis meses a la ruina total, porque desconocería de entrada la Constitución, dado que a él las leyes le estorban...

Quiere votar por él?. Píenselo... De entrada, lo más seguro es que acabáramos con un golpe militar, porque el ejército también le molesta y éste no le va a permitir eliminarlo tan fácilmente, así que aquí si nos saldría PEOR EL REMEDIO QUE LA ENFERMEDAD...

Varios ancianos se colapsaron en la marcha a la que acudieron presionados ante la amenaza de quedarse sin pensión, igualmente las madres solteras y los del vale de leche que se cambia, no por líquido para los niños, sino por alcohol para los padres, en esas mismas tiendas que dieron tan malos y caros los "inútiles" escolares, porque ni siquiera se ajustaron a las listas de la SEP...

AMLO compra votos y si Ud. deja, como en el relato Bíblico de Esaú y Jacob, que el suyo se pierda por una limosna, quédese en esta pesadilla que se volverá México, por que yo prefiero ir a lavar excusados a EU que soportar los excesos de ANDRES MANUEL I Emperador plenipotenciario, conocido como El Rayito, quien con toda la técnica priista de la cual se nutrió originalmente, pretende que México se convierta, no en el país de la esperanza, sino en el país de la Ilusión.

Ahora bien su tan sonado programa de ayuda a las personas dela tercera edad no fué hecho por el, hay indicios verídicos de que dicho programa o idea la usurpó de un grupo de Adultos mayores, que con su trabajo manual se mantienen al parecer quien les dirije le presentó al GDF dicho programa y AMLO se lo tomó como propio.

ADELA MICHA